viernes, 1 de julio de 2011

¿Quién ciudará a los niños?


EL PROCESO

¿Quién cuidará a los niños?

Luis Lauro Garza Mireles


La niñez de ahora ha cambiado mucho a la que recordamos los adultos de hoy. Y es que por estos días los padres deben trabajar tiempo completo para tener un estilo de vida decente, pero abandonan parte de su labor en casa. Los hijos de este país nacieron con la suerte echada.

La mayoría de los matrimonios en la clase media y baja deben cubrir múltiples necesidades económicas del hogar, a cambio, disminuyen la atención que brindan a sus hijos. Muchas madres de familia que antes cuidaban de ellos al salir de la escuela, ahora deben dedicar su esfuerzo a la vida laboral fuera de casa.

Cuando toca el timbre de salida el camino a casa es incierto. Convertidos en presas de la desatención muchos jóvenes se aventuran a las calles para encontrar un modelo que los guíe, que los adopte por las tardes ó mañanas según sea el caso. Que les muestre en su ignorancia cuál es el sentido de la vida. Al salir de la escuela nuestros hijos dejaron atrás a los tutores del México pobre, los maestros, y son ahora responsabilidad de algún familiar, la trabajadora doméstica ó de la televisión.

El índice de desintegración familiar en comunidades marginadas es alarmante. Pondré un ejemplo real, es el caso de Diego, un estudiante de 13 años que cursa la secundaria. Él vive con su madre y con dos hermanos mayores que no trabajan. Su padre los abandonó cuando era bebé y su madre ha tenido que sacarlos adelante. Cuándo Diego llega a su casa no hay quién lo atienda ya que su madre termina de trabajar casi llegada la noche. Lo más grave de todo, es que el 70% de sus compañeros en la clase también padecen desintegración en la familia. Es decir, viven con su padre ó madre, y en el peor de los casos con otro familiar.

En algunos estados de la república han iniciado el programa “escuela de tiempo completo” que afirman busca incrementar el nivel educativo del país. Sin embargo parece que el objetivo es tener dónde dejar a los hijos para que la gente pueda trabajar más. Porqué el tiempo no alcanza para ser empleado y cumplir adecuadamente como padres. Esperemos que las escuelas no se conviertan en guarderías para llenar el vacío que nos ha dejado la crisis del tercer mundo.

El discurso recurrente del Gobierno es recibir inversión de otros lugares para curar la pobreza que cada vez es mayor en México. Lo podemos ver en la frontera, las maquiladoras actúan implacables con horarios que dejan exhaustos a sus empleados, en este mundo globalizado en el que los países emergentes aspiran a eso. Pero los niños no saben de economía ni sobre planes de Estado. Ellos solo viven, sienten… necesitan a sus papás. Debemos preguntarnos, ¿quién cuidará a los niños?.

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